Comer acompañado fuera del trabajo puede reducir tu rendimiento

Un estudio realizado en Alemania develo que desayunar o almorzar en compañía de amigos o compañeros de trabajo reduce el control cognitivo e induce a cometer errores.

Comer fuera del trabajo con los compañeros tiene ventajas y desventajas.

El comer en un restaurant o cafetería compañía de tus compañeros de trabajo puede disminuir tu rendimiento laboral más que si comieras en la mesa de trabajo, así lo arrojaron los resultados de un estudio realizado en Alemania publicado próximamente en la revista PLOS ONE.

El principal autor del artículo es el investigador Werner Sommer, qué afirma que una de las conclusiones de la investigación es que comer fuera del área de trabajo en compañía de amigos es mas relajante que comer en la oficina. Pero a su vez disminuyes el control cognitivo en situaciones que requieren de concentración.

«Asimismo se reduce la conciencia de los propios errores, la precisión y la exactitud en el desempeño del trabajo”, menciona Sommer en declaraciones a la agencia SINC

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No dejes de comer tus platos favoritos

Uno de los principales obstáculos a la hora de empezar a vivir una vida más sana, y ser un tipo que se involucra en el fitness -hasta convertirlo en un estilo de vida-, es tener que dejar atrás nuestras comidas preferidas. Son esos platos deliciosos los que -probablemente- nos hacían más daño; sin embargo son los que más queremos volver a comer.

¿Qué los hace tan tentadores? Muchos de ellos entran en la categoría de “comfort food”, lo que significa que tendemos a asociarlo con recompensas fáciles (puede ser que tu madre te los preparaba cuando pequeño); además de ser soluciones rápidas y sencillas a los ataques de hambre.

No vamos a darte trucos para volver a caer en la tentación, ni alentarte a que pierdas un poco de fuerza de voluntad solo para disfrutar uno de tus “placeres culposos”. Lo que sí vamos a hacer es darte una serie de alternativas para convertir estos platos en algo más sano y que se adapte mejor a tu estilo de vida, sin arruinar por completo las largas sesiones de ejercicio a las que le pones tanto empeño.

A continuación 3 platos que todos amamos, y cómo corregirlos para no tener que eliminarlos por completo de nuestras vidas.

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¿Cómo lograr que tus hijos coman verduras?

Una de las quejas que más refieren los padres de familia cuando se trata de la alimentación de los niños, es que no logran del todo o casi nada que sus pequeños coman verduras.

Y cuando hablamos de verdura quizá lo único que tienen como opción es zanahoria, papa y calabaza, cuando hay una gran variedad de verduras y lo mejor, múltiples opciones para prepararlas y presentarlas en los platillos a la hora del desayuno, la comida o la cena.

Qué tal incluir en la dieta de los infantes: betabel, chayote, brócoli, germinados, espinaca, o coliflor por mencionar algunos.

La Organización Mundial de la Salud sugiere consumir 400 gramos entre frutas y verduras al día, que equivaldría a 5 frutas y 5 verduras diarias.

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El antojo de comer “entre comidas”

Si hay algo que difícilmente se puede evitar, es comer entre comidas. A media mañana, y por la tarde, generalmente se despierta un antojo que no se puede reprimir, y si se logra evitar, lo más seguro es que en la comida o cena se devorará de más.

Los expertos en nutrición, señalan que al día se debe hacer tres comidas fuertes, y dos colaciones; éstas se hacen cuatro horas después de la comida fuerte, ya sea el desayuno o, la comida. Recuerda que el estómago debe recibir alimento cada cuatro horas, de lo contrario trabaja el doble y el aumento de peso será inevitable.

Las colaciones son comidas pequeñas, una botana ligera, pero eso sí nutritivas.

Te daremos ejemplos de lo que puedes comer entre comidas, tu colación:

• Una taza de palomitas naturales

• Un bote pequeño de fruta, de preferencia, jícama y pepino

• Barra de cereal, baja en grasa y azúcar

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¿Tú hijo no quiere comer?, qué hacer ante esta situación

Es poco probable que exista una madre que en algún momento no se haya preocupado por la cantidad de alimentos que ingiere su niño y este es el motivo más frecuente por el que se consulta a los pediatras.

Una de las consultas más comunes que llegan a los consultorios de los pediatras es la referida a los niños inapetentes. La preocupación entre los padres es grande, pues un niño que no come bien corre el riesgo de malnutrición.

¿Qué hacer ante esta situación?

Aunque su actitud de rechazo puede perturbar el almuerzo familiar y resultar verdaderamente molesto, sin contar con la impresión de tener que ceder ante el poder del niño, no vale la pena montar en cólera ante un hijo inapetente. Un niño no se muere de hambre si no está muy deteriorado físicamente y si tiene alimento a su alcance. Su salud no debe ser en este caso nuestra preocupación, sino las causas de esa actitud frente a la comida.

En la mayoría de estos casos, se debe a un proceso normal de desarrollo del niño o a veces a malos hábitos alimenticios y preocupaciones excesivas por parte de la madre.

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Comer o no antes del ejercicio, ¿a quién creerle?

Cuando uno como nutricionista deportiva escribe artículos dirigidos a corredores que quieren mejorar su desempeño, procura hacerlo considerando todas las estrategias que permitan mejorar la composición corporal (bajar la grasa o subir el músculo o ambas) pero sin afectar el rendimiento; de lo contrario, de que te sirve estar flaco sin energía y sin poder pasar del nivel en el que te encuentras por falta de combustible.

Yo siempre he escrito que se puede correr en ayunas y también puedes correr un maratón sin suplementar los carbohidratos y sin hidratarte bien, pero que si quieres estar en tu máximo esa no es la mejor manera y la “pared” siempre será tu compañera. Si tu caminas o haces ejercicio a baja intensidad, el hacerlo en ayunas no condiciona ningún problema debido a que mientras mas baja es la intensidad de la actividad el cuerpo le da chance de oxidar las grasas de tu cuerpo y emplearlas como combustible sin disminuir tu resistencia a ese nivel; sin embargo, a medida que aumentas la intensidad mayor proporción de carbohidratos requiere tu cuerpo para poder mantener la actividad a esa intensidad sin tener que bajarla; adicionalmente, tu cuerpo siempre busca mantener la glicemia de la sangre y eso generalmente lo consigue a expensas del glucógeno almacenado en el hígado, dejando el que se encuentra en los músculos como combustible directo de las células musculares.

Lo que yo he sugerido en los artículos “Qué comer antes de entrenar” y ” Eres de los que entrenas en ayunas. Malas noticias” no se refiere a ingerir comidas copiosas antes de entrenar, sino simplemente 1-2 raciones de carbohidratos con algo de proteína de fácil digestión para que la glucosa este disponible en la sangre al momento de entrenar. Esa cantidad de glucosa evita el desarrollo de hipoglicemia durante el ejercicio INTENSO no suave y permite cierta disponibilidad de glucosa para el músculo si su reserva de glucógeno es baja. Sigue leyendo